La punción citológica se realiza con agujas finas, como las utilizadas en las inyecciones intramusculares, con el objeto de “aspirar” células que permitan hacer un diagnóstico. También se llama “punción aspiración con aguja fina” o “PAAF”.
Habitualmente se realiza guiada con ecografía. La aguja se conecta a una jeringa, se limpia la piel con antiséptico y la aguja se introduce controlando su posición con la ecografía. Cuando la aguja se introduce en la lesión, se aplica aspiración con la jeringa. Además, se realiza un movimiento rápido de vaivén para conseguir sacar el mayor número posible de células de la lesión (tanto en cantidad como en calidad), que haga posible llegar a un diagnóstico más exacto. Una vez obtenida de muestra, se retira la aguja y se comprime el punto de la piel para evitar hematomas. La muestra se prepara para enviarla al laboratorio.
Habitualmente se realiza sin anestesia local porque se tolera bien en la mayoría de los casos, aunque se puede inyectar una pequeña cantidad de anestesia si fuese necesario.
Esta técnica también se utiliza para vaciar quistes (“bolsas de agua” que se acumula en la glándula mamaria), que se notan como bultos palpables que aparecen de forma rápida y pueden ser dolorosos.
La punción citológica es una técnica rápida y segura, pero no siempre efectiva, ya que es frecuente que no se obtenga material adecuado para un diagnóstico seguro y fiable. Por este motivo, la realizamos en pocos casos en nuestro centro.
Algunas de las ocasiones más comunes donde se requiere una punción citológica con aguja fina son:
En todo momento es un médico especialista el que solicita este tipo de pruebas.
Antes de la prueba no necesitas tomar ningún medicamento. Además, en todo momento debes informar de la medicación habitual que estás tomando para que se revise si debes o no suspenderla en el periodo previo a la prueba.
Sobre todo se debe evitar la aspirina, ibuprofenos y otros antiinflamatorios una semana antes de la prueba. También puede ser necesario suspender anticoagulantes como el acenocumarol o la warfarina.
Sí puede realizarse, debes avisar en qué periodo estás, algunos órganos pueden verse alterados durante estas etapas.
Es importante tener paciencia después de cualquier técnica intervencionista, puede tardar varios días (entre una o dos semanas).
Puedes sentir un poco de molestia durante la prueba cuando la aguja es movida para obtener la muestra. Además, la zona donde se ha realizado la punción puede quedar dolorida y más sensible durante un par de días.
Esta prueba tiene una duración estimada de 20 a 30 minutos pero puede demorarse más tiempo en algunos casos.
Si al realizar otro tipo de pruebas por imagen (resonancia magnética, ecografía…) se detecta alguna alteración desconocida como procesos inflamatorios o infecciosos.
Para la realización de esta prueba no hay hospitalización, normalmente este tipo de punción no requiere anestesia local porque se tolera bien en la mayoría de los casos, aunque se puede inyectar una pequeña cantidad de anestesia si fuese necesario.
Para este tipo de pruebas es mejor venir acompañado por si se produjera alguna contraindicación.