La ecografía es actualmente una técnica fundamental en el estudio de las lesiones mamarias. La ventaja primordial sobre la mamografía es que no emite radiaciones ionizantes, por lo que se puede utilizar en mujeres jóvenes y embarazadas. La imagen ecográfica se obtiene a través de la emisión de un haz de ultrasonidos, que al interferir (chocar) con las distintas estructuras del organismo, devuelven unos “ecos” que se transforman en imágenes, tras ser procesadas por un ordenador.
A diferencia de la mamografía, la densidad de la mama no es una limitación, ya que se ven mejor las lesiones en mamas densas, aunque también tiene limitaciones.
La ecografía lleva muchos años utilizándose en el estudio de la mama como técnica única o en combinación con otras técnicas, como la mamografía o la resonancia magnética.
En términos generales, una ecografía mamaria se realiza igual que una ecografía de cualquier otra parte del cuerpo, con algunas diferencias:
Es necesario utilizar equipos, ecógrafos, específicos. Dado que la mama es superficial y que los ultrasonidos no necesitan profundizar mucho en el cuerpo (como sería necesario para estudiar el hígado, por ejemplo). Es preciso utilizar equipos específicos que permitan ver mejor zonas superficiales con una alta resolución (imagen nítida de lesiones pequeñas). Por tanto, no cualquier ecógrafo es válido para estudiar la mama.
La experiencia es fundamental. Al igual que no cualquier ecógrafo es válido para estudiar la mama, no cualquier profesional está preparado y tiene la experiencia suficiente para realizar un estudio correcto y fiable. La ecografía es una técnica diagnóstica muy valiosa, pero también muy subjetiva, por lo que hay lesiones que se ven o no en función de la experiencia y habilidad del radiólogo que realiza el estudio.
¿Y para la mujer? A diferencia de la mamografía digital, la ecografía se realiza tumbada en una camilla, boca arriba, en posición oblicua o de lado. No hace falta comprimir la mama, por lo que es más cómoda y menos molesta que la mamografía, aunque a veces es necesario aplicar un poco de presión para ver mejor algunos detalles. La zona del pezón es muy sensible en algunas mujeres, que pueden notar una sensación de malestar o leve calambre al pasar el aparato por esa zona.
El uso de desodorantes o cremas no está desaconsejado, ya que no interfieren al hacer la ecografía. Para obtener una buena imagen, es necesario utilizar un gel acuso para conseguir un buen contacto con la piel, ya que el aire impide que los ultrasonidos se transmitan a través de la mama.
A diferencia de la mamografía, la valoración se hace a la vez que el estudio ecográfico. La ecografía de mama es una exploración muy dinámica y que nos permite hablar con la mujer, valorar si tiene algún síntoma, palpar la mama y, sobre todo, hacer una buena correlación con la clínica (por ejemplo si se nota algún bulto palpable o le sale líquido por el pezón) y otros estudios (mamografía, tomosíntesis y resonancia magnética).
La ecografía es una técnica completamente inocua, se hace ecografía a las embarazadas. La ecografía está indicada en mujeres jóvenes (menos de 30 años), mujeres embarazadas o lactantes, sospecha de quiste o infección. Muchas veces se realiza ecografía complementaria después de una mamografía, sobre todo en mamas densas o si ésta plantea alguna duda.
El médico de cabecera o habitualmente tu ginecólogo te abrirá una historia clínica y te realizará una exploración física y tras estos dos pasos imprescindibles determinará si se precisa realizar una ecografía u otras pruebas.
Si tienes menos de 40 años o no tienes antecedentes familiares de cáncer de mama, tu ginecólogo te pedirá, si lo cree necesario, que te hagas una ecografía para revisar tu pecho.
A partir de los 40 años, te indicará que te realices una mamografía. Y si en ésta aparece algún nódulo o bulto sospechoso te complementará el estudio con la ecografía.
Generalmente esta prueba dura unos 10-15 minutos.
No, la ecografía es un buen complemento de la mamografía. La ecografía no ha demostrado ser útil en el diagnóstico precoz del cáncer de mama, la mamografía sí.
El radiólogo que ha realizado la mamografía puede solicitar la realización de una ecografía para profundizar en el diagnóstico.
Los resultados de la ecografía, al igual que los de la mamografía, son inmediatos y te los entrega una radióloga pudiendo resolver cualquier duda que tengas.
La elastografía es una técnica de ecografía que permite diferenciar la dureza de los tejidos, es decir entre tejido duro o blando. Los cánceres de mama suelen ser duros con respecto al resto de la glándula mamaria, así que nódulos duros identificados con esta técnica son sospechosos de malignidad.